Memo Ochoa maquilla sus errores y silencia abucheos con una atajada que salvó a México de una tragedia
Históricamente, el Estadio Azteca ha sido un infierno para las selecciones que la visitan. De un tiempo a esta parte, sin embargo, también se ha convertido en territorio hostil para los propios jugadores de la Selección Mexicana.
Poco a poco, incluso, se impone el discurso de que el Azteca no genera miedo en los rivales, pero sí muchísima presión entre los futbolistas del Tri. Hay una negatividad que flota en el aire, que ha sido apuntada por varios referentes del combinado nacional y que quedó de manifiesto más que nunca en el pobre empate 2-2 conseguido ante Jamaica.