La Selección Mexicana volvió a entregar una actuación paupérrima ante Estados Unidos.
Lo visto en Las Vegas por las semifinales de la Nations League fue tristísimo y pone el proceso de Diego Cocca en la unidad de cuidados intensivos.
En el entorno del Tri, la idea era tansformar la selección de cara al Mundial 2026 después del fracaso en Catar 2022. Pero apenas cinco meses después, todo está en ruinas.
Y nada parece describir la crisis que vive El Tri que seguir dependiendo de jugadores como Uriel Antuna.
15/06/2023: El día en que la Selección Mexicana tocó fondo
Honestamente, la ilusión y esperanza que causaba este nuevo proceso, desde la presentación de Cocca sobre otros claros candidatos, era mínima. Sin embargo, después de la vergonzosa actuación de los de verde frente a las barras y las estrellas (como cada año desde 2019), no hay cómo defender, apoyar, seguir creyendo, ni tener la energía necesaria para exigirle algo a la Selección. Porque, luego de soportar malos resultados refugiado en la paciencia y la calma – en constraste con el aficionado extremista que echa vil en hashtags y a culpa gente sin margen de error –, finalmente la Federación Mexicana de Fútbol no ha dejado más opción que sumarse al bando de la crítica despiadada.
Para analizar el actual momento de la Selección Mexicana, uno encuentra cosas hasta debajo de las piedas. Pero, sin mucho rollo, la convocatorias y elecciones de jugadores para pisar el campo de juego son suficientemente ejemplo para describir la porquería en la que se ha convertido El Tri.
De partida, la alineación de México para buscar 'revancha' contra los Estados Unidos fue algo de no creer, casi un calco de lo que vivimos con Gerardo Martino. Sin embargo, la reacción del cuerpo técnico liderado por Cocca ante el fracaso de su planteamiento inicial, fue aún peor de lo que nos habíamos acostumbrado con el Tata, a quien suele etiquetarse como uno de los mayores villanos en la historia reciente de nuestro fútbol.
Con línea de cinco atrás, el planteamiento de Cocca (con Jorge Sánchez y Gallardo como laterales) buscaba contener el ataque y la dinámica que imprime Estados Unidos por los costados con jugadores como Christian Pulisic y Tim Weah. Al mismo tiempo, en el papel la idea era tener más profundidad en ataque con dos laterales que suelen pisar el área rival.
¿El resultado? Transiciones defensivas de equipo de primaria y tres goles de contragolpe donde los laterales brillaron por su ausencia. ¿Debemos estar sorprendidos? Tomando en cuenta que las labores defensivas y en ataque por los costados estaban en manos de quizás el peor jugador mexicano en Catar, Jorge Sánchez, y Jesús Gallardo, un jugador que sigue siendo titular porque no hay nadie más, la verdad es que no hay necedad.
En el centro del campo, no había mucho que discutir. Edson Álvarez, Luis Chávez y Orbelín Pineda, el mejor tridente posible para México en la zona, inició de titular, pero lamentablemente nunca arrancó.
¿Una de las razones del porvqué?
Cocca, que sin opciones por los costados con las lesiones de Alexis Vega, Hirving Lozano y Jesús Corona, no quiso jugársela alineando a dos de los mejores goleadores latinoamericanos de la temporada 2022-23: Henry Martín (28 goles) y Santiago Giménez (28). Era una buena oportunidad, había una excusa perfecta de juntarlos en campo, pero optó por no hacerlo.
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Con la línea de cinco en el plan, el parado en ataque con dos centros delanteros sonaba ideal.
Pero no, Cocca dejó a Giménez, mejor jugador de la temporada del Feyenoord en la Eredivisie, sentado en la banca para darle un espacio a un delantero que sirve como claro ejemplo de la pobre, vergonzosa, y descarada mediocridad del fútbol mexicano: Uriel Antuna.
Uriel Antuna, el poster boy de la crisis de la Selección Mexicana
Antuna, el único jugador que aparentemente no estaba enterado, ni reconoció la paternidad reciente de EE.UU sobre México, en la noche del 15 de junio en Las Vegas, Nevada, tampoco se dio por entendido de que jugaba un partido de fútbol como representativo de su país.
Bueno, la verdad es que lleva años haciéndolo.
Después de la destitución de Gerardo Martino como seleccionador nacional, la inexplicable carrera del jugador de Cruz Azul en selección parecía no tener más episodios. Porque, aparte de haberle metido veintinueve goles a la selección de Cuba en la Copa Oro del 2019, el canterano de Santos Laguna y alguna vez jugador del Manchester City (¿cómo? no sé) ha sido una lágrima sin fin.
Su doble falla ante la portería de Estados Unidos es un claro ejemplo.
Uriel Antuna es una Joya!
Una verdadera Gozada! jajajajja pic.twitter.com/0a2KXMjl5v— Nebur Zara Jr. (Maha) (@Jr_NeburZ) June 16, 2023
Añade el hecho de que casi noquea, muy torpemente, a Giovanni Reyna cuando ya tenía tarjeta amarilla.
Hay sangre
Antuna se va con todo contra Gio Reyna y entran las asistencias2-0
EN VIVO
TUDNHoy al terminar el partido no te pierdas #LaCasaDeLosFamososMx por @MiCanal5
#MisionSeleccion pic.twitter.com/3CmCt0cHoH
— TUDN MEX (@TUDNMEX) June 16, 2023
Una amarilla que se ganó después de haber tacleado, muy al estilo NFL, a Christian Pulisic.
Lo de Uriel Antuna madre mía
Para que vrgas tacleó a Pulisic? https://t.co/ccQZ0A1NuV pic.twitter.com/TnIQ3AgvZH— Carlos Adrián | # (@exFidalguinho_8) June 16, 2023
Y por favor no olvidemos esta recepción orientada.
Un día me voy a dar a la tarea de hacer un hilo con todas las pendejadas de Uriel Antuna pic.twitter.com/osZKCF9LIN
— John Wayne (@rancherocwlero) June 16, 2023
¡Ay, Uriel, Uriel!
La cuestión es que al final del día, El Brujo y Diego Cocca, si bien son de lo más malo entre lo malo en la Selección Mexicana, no deben, ni son los últimos responsables de la derrota del Tri, ni tampoco del mal momento de México en todas sus filas y aspectos. Es su trabajo, y ellos hacen lo que pueden, y de la manera que saben hacerlo.
Pero ambos sí son el claro ejemplo de cómo la mayoría de federativos y gente de pantalón largo involucrada en esta equipo se han encargado de tomar decisiones se reflejan en una Selección Mexicana donde lo que prima es un negocio lleno de corruptela sin la más mínima jurisdicción.
Antuna y Cocca, como toda la gente sobre ellos, no saben dónde están parados, ni cómo han llegado ahí.
Bueno, mentira a lo último. Creo lo $abemos muy bien.