El resultado final fue de 6-0. No se trata de un partido de tenis entre un primer sembrado como Federer, Djokovic o Nadal contra uno de nosotros. Apenas lograríamos tocar la pelota con la raqueta al recibir el contundente servicio de alguno de estos tres colosos del deporte blanco.
Sigamos con nuestras conjeturas; la aplanadora estadounidense le pasó por encima, y sin piedad, a los argentinos. Ha de tratarse de algún partido de baloncesto del año 92, etapa dorada de aquel “Dream Team” estadounidense de baloncesto que contaba con Michael Jordan, Magic Johnson, Karl Malone, Charles Barkley, Patrick Ewing y demás, y que conquistó el oro olímpico en tierras ibéricas ante los croatas 117-85.
¿Nos equivocamos de disciplinas deportivas? Creo que sí, mi estimado lector. En este caso hablamos de fútbol, ese deporte que se juega a lo largo y ancho del globo terráqueo y que despierta tantas pasiones. “Elemental, mi querido Watson”. La selección estadounidense femenina de balompié, tetracampeona del mundo, hizo lo que le dio la gana con Argentina y se coronó campeona de la Copa SheBelieves. El equipo dirigido por Vlatko Andonovski logro 3 victorias por 0 reveses.
De manera recurrente vemos con recelo la clasificación mundial del balompié masculino de la FIFA. Ponemos en duda el criterio que usa esta “humilde” organización sin fines de lucro al momento de ponderar y computar partidos que otorgan los puntos necesarios a las selecciones para ubicarse en lo más alto de su escalafón.
Está claro que la selección femenina de fútbol, con 4 campeonatos mundiales y otros tantos torneos ganados en su haber, dispone del pasado, presente y futuro inmediato necesario para dominar en demasía cualquier tabla o clasificación mundial en este deporte. De hecho, todos los estadounidenses constantemente nos preguntamos: ¿será que la selección masculina de fútbol pueda emular a sus compatriotas femeninas y ganar al menos un campeonato mundial de fútbol?
El miércoles 24 de febrero de 2021, Estados Unidos recibió a Argentina tras haberle ganado a sus similares de Canadá y Brasil por 1-0 y 2-0, respectivamente. El partido comenzó como era esperado: dominio claro de las norteamericanas, que asfixiaban a las albicelestes desde su terreno. Por su parte, las argentinas hacían lo que podían para repeler los constantes ataques de las estadounidenses.
Prolijo desempeño de Megan Rapinoe dentro del engramado. Consiguió dos goles, participó en la creación de juego, fue un referente en ataque y figura indiscutible de su equipo. Lloyd, Mewis, Morgan y Press completaron el recital estadounidense en Orlando. Rose Lavelle fue galardonada merecidamente como la jugadora más valiosa del torneo. El elenco femenino de las "Barras y estrellas" gusta, golea y gana. Transiciones rápidas, presión alta, control y dominio del balón, dedicación y mucho trabajo en las categorías inferiores.
Por su parte, la albiceleste quedó en deuda con su público. Ni opuso resistencia, ni tuvo un solo disparo al marco contrario en todo el partido. Perdió todos los encuentros que disputó y terminó en el último peldaño de la clasificación general. Nos quedaremos, por lo pronto, con el anhelo de ver a las jugadoras argentinas de fútbol femenino cosechar los éxitos que sus compatriotas del hockey sobre césped. Las Leonas, han conseguido.