El arbitraje mexicano cavó un nuevo nivel bajo tierra. Sí, todas las semanas hay decisiones que dejan a los aficionados preguntándose si están en un programa de bromas con cámaras ocultas, pero lo que ocurrió anoche en la Liga Expansión desafía toda lógica posible: un choque entre dos jugadores de un mismo equipo acabó siendo sancionado como penal por el silbante Edgar Allan Morales.
La secuencia se produjo en el duelo entre los Leones Negros y el Atlante, cuando los futbolistas de los Potros Ramiro Costa y Edson Partida chocaron al intentar cabecear un balón, mientras el defensor de la UdeG Paul Bellón lo despejaba limpiamente.
Se marcó penalti. Increible. pic.twitter.com/sTtkh3w7rS
— david medrano felix (@medranoazteca) February 18, 2022
Con o sin VAR (la Liga Expansión no tiene sistema de videoarbitraje), las imágenes son elocuentes, pero por alguna inexplicable razón el juez Morales, que estaba de frente a la jugada, decidió sancionar penal.
La sorpresa era generalizada y nada la resume mejor que esta imagen de ocho jugadores de los Leones Negros, quienes levantaron sus brazos de manera sincronizada en búsqueda de una explicación racional al monumental error del árbitro central.
Las críticas, por cierto, no se dejaron esperar. Y los dardos fueron desde el pésimo juicio en la jugada hasta los vínculos de nepotismo que le permiten a Morales arbitrar en el fútbol mexicano.
El referí es hijo del ex silbante Mauricio Morales, un cercano a Arturo Brizio, actual presidente de la Comisión de Arbitraje de la FMF. Morales -el hijo, el que cobró el penal- ha estado con anterioridad en la Liga MX, pero tras algunas malas actuaciones en la división de honor fue degradado a la Liga Expansión.
ALLAN MORALES es hijo de MAURICIO, compadre de BRIZIO, al que le perdonó fiestas y puso como jefe técnico en su COMISIÓN…
El hijo se mete 30mil al mes por estar en LIGAMX, más lo que le asigne el papá, como los 15mil por este juego…El nepotismo entrega estos resultados: https://t.co/52GrxM2yRx
— El Francotirador (@franco_record) February 18, 2022
El enojo público, sin embargo, no solo se lo llevó el silbante. La voz popular también recriminó a Ramiro Costa, uno de los jugadores involucrados en el choque. De acuerdo a la gente, el delantero del Atlante, al parecer consciente de lo que había pasado, debió haber tenido algún gesto de fair play similar al que Luis Montes de León tuvo hace unos días para evitar la expulsión de un rival, tras otro horror arbitral del fútbol mexicano.
En vez de eso, Costa se paró en el punto penal y convirtió el regalo de Allan Morales.
Para suerte de los Leones Negros, las fuerzas del bien estuvieron de su lado y el equipo logró remontar la injusticia, quedándose con una victoria de 3 a 1.